Reproduzco en este post, de manera casi literal, y por considerarlo de interés general, un recorte de prensa que he sacado del foro Isodieta de Facebook. Muy interesante, especialmente para los que tenemos niños.
«¿Qué nos ocurre cuando nos tomamos una lata de refresco (especialmente de cola)?
Por el Prof. Carlos Alexandre Fett
Profesor de la Universidad Federal de Mato Grosso (Brasil)
En los primeros 10 minutos...
10 Cucharaditas de azucar golpéan nuestro cuerpo (entre 39 y 42 gramos, el 100% de la cantidad diaria recomendada). No vomitamos directamente ante tando dulzor porque el ácido fosfórico corta el gusto.
A los 20 minutos…
El nivel de azucar en sangre explota, provocando un chorro de insulina. El hígado responde transformando todo el azucar que recibe en grasa, ya que es demasiada como para usarla como fuente de energía.
A los 40 minutos…
Se completa la absorción de la cafeína. Las pupilas se dilatan, la presión sanguínea sube, el hígado responde bombeando más azucar al torrente sanguíneo. Los receptores de adenosina en el cerebro se bloquean para evitar mareos.
A los 45 minutos…
El cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer del cuerpo (físicamente, funciona como la heroína)
A los 50 minutos…
El ácido fosfórico empuja calcio, magnesio y zinc hacia el intestino grueso, aumentando el metabolismo. Las altas dosis de azucar y otros edulcorantes aumentan la secreción de calcio en la orina. En otras palabras, estás orinando tus huesos, una de las causas de la osteoporosis… y de la caries.
A los 60 minutos…
Las propiedades diuréticas de la cafeína entran en acción. Orinas. Ahora está garantizado que eliminarás más calcio, magnesio y zinc, minerales que tus huesos necesitan. A medida que la onda baja, sufrirás un choque de azucar. Te pondrás irritable. Ya habrás eliminado todo lo que estaba en la bebida, pero no sin antes haber eliminado también elementos que tu organismo requiere.
¿Y esto se lo dan de beber a los niños? Por eso existen niños con diabetes y obesidad a tan corta edad. Si de verdad amas a tus hijos evita darles refrescos como premio, especialmente del tipo de cola.»
Hasta aquí el artículo copiado. Yo creo que, en pequeñas y esporádicas dosis, como con casi todo en la vida, no hay peligro alguno en los refrescos de cola. Sin ir más lejos, un vaso de 330 ml (una lata) de zumo de naranja natural contiene entre 36 y 41 gramos de azucar, o sea, las mismas 160 calorías vacias que contiene el refresco y sin embargo nadie alza la voz contra el zumo de naranja, principalmente porque somos un país productor de naranja.
Ahora bien, lo que veo a mi alrededor es espeluznante. Niños de cortísima edad que se pasan el día enchufados al refresco de cola. Comen con cola, meriendan con cola… y los padres que usan el refresco de cola para premiar los méritos del niño. En casa de mis padres siempre se usó el agua como bebida de cabecera, que es lo mismo que se usa en mi casa. Sin embargo, en otras casas, la bebida de cabecera es el refresco, y los resultados a largo plazo, son nefastos.
¿Quieres saber más sobre los refrescos? ¿La verdad sobre su fórmula secreta? Aquí la tienes…
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